sábado, 22 de mayo de 2010

La primera vez usted es el tonto, la segunda el tonto soy yo.

PARTE 1:
Algo bonito de ser tico es tener cierto conocimiento sobre el café. No digo que uno nazca barista así como nace "liberacionista, católico y herediano", pero por lo menos tenemos cierta cultura que nos permite recibir un café en un restaurante y volver a ver al mae con cara de "Que buen café" o de "¿sólo te quedaba este rechinado de percolador?"

Un tico podrá hablar de café. Sin embargo en carnes es mejor que lo haga el argentino. Eso de "mae, que buena necar" al referirse a un bistec encebollado no es una estrellita para nuestro currículum. De igual forma, en vinos es mejor que lo haga el chileno. Si a un tico desconocedor del vino le sirven y le piden su opinión... mejor pida café.

Estaba en la -espero que ahora más limpia- Princesa Marina, y el mae de la mesa vecina pide una botella de vino. Es la Princesa Marina, no el Alain Ducasse. El jefe de familia con su feroz camiseta de Saprissa, los güilillas peleando, uno soplando por la pajilla y llenando la mesa de Coca, el pequeño sentado en silla grande con la mesa a la altura de los ojos, agarrando macarrones con la mano que se había sacado un moco, y la mamá sin perder el hilo de la conversación con la suegra repitiendo un automático "Bairon, tése queíto". La escena familiar estaba tuanis y pintoresca, todo el mundo pasándola bien, el mae contento de poder llevar a su familia a almorzar, todos comiendo rico, todos felices. Orgullo tico hasta ahí.

Llega el mesero con una botella de vino Frontera, sujetándola como si fuera un Petrus Pomerol y tuviera guantes blancos.
Me imagino que eso salió porque su jefe dijo "De ahora en adelante vamos a presentar el vino como en lugares fancy, hacemos toda la pantomima de catación del vino, y el cliente se va a sentir importante. El vino es un Frontera!!!! Hay Cool Aid de uva con mejor sabor.

La vara es que el mesero llega a la mesa, y le presenta la botella.
El mae con la chema del Sapri deja su arroz con pollo y vuelve a verlo hacia arriba.
El mesero se queda viéndolo con cara de "Le toca a usted decirme que le sirva".
El mae del Sapri sigue viéndolo con cara de "Diay güebón, servime el vino".
El mesero se queda inmóvil con cara de "Diay, me dijeron que tenía que esperar". Pasan los segundos, el Sapri se va enfureciendo y el mesero se va acongojando cada vez más. Después de unos segundos el mesero sabe que no va a suceder nada con Sapri. Busca a su jefe con la vista. No está. Abre el vino, y le sirve "sólo un poquito y que el cliente se dé cuenta que es para degustar nada más".
El mae del Sapri malísimo con cara de "Mae, ¿me estás vacilando? Servime la hijueputa copa entera". El mesero ya con sudor en la frente y pensando "En qué momento mi jefe pensó que esto era buena idea, este mae me va a pegar". El Sapri esperando que le terminen de servir, no entiende nada. El mesero sigue ahí, sudando, con una sonrisa que le hace juego.
Alguna neuronilla del Sapri que retuvo algún capítulo de "Betty la Fea en el restaurante" se iluminó. El mae se da cuenta de la vara y con un toque de vergüenza toma el trago, vuelve a ver al mesero y le dice con cara de quien no estuvo a punto de enterrarle el tenedor del arroz con pollo: "Está bien".
El mesero pensando: "Es un Frontera!!! ¿Vas a devolver un Frontera? A no ser que venga con un gusano adentro, "Está bien!!!". Han devuelto más Cocas por estar sin gas, que Fronteras."

Los ticos somos, en muchos casos, un montón de snobs. Y no hablo del mae del Sapri, él sólo quería darle un buen almuerzo a su familia y pasarla bien. Mis respetos por Sapri. Hablo del polo del jefe, a quien se le ocurrió que era buena idea esa presentación del vino sólo porque quería imitar y aparentar algo que estaba fuera de su realidad. El polo es claramente él.

PARTE 2:

Sin embargo, el peor caso que he visto de snobismo claramente no es ese. Y curiosamente tampoco en Guachipelín. Sino en Moravia.

El restaurante se llama El Alamo. Es un caso de snobismo de libro.
El snob es un seguidor, copia a una persona que es superior ya sea en gusto, dinero, fama, poder, belleza o inteligencia. Y su comportamiento es muy sencillo: Compra lo que los otros compran y hace lo que los otros hacen para *aparentar* tener el mismo gusto (o dinero o fama, etc.)
Sin embargo, y es lo que pasa claramente en El Alamo, todo lo que engloba una compra, se deja de lado. Es en esos detalles en los que uno ve la diferencia entre una persona con gusto, y un polito tratando de aparentar.

Y curiosamente no hablo de elementos que son obvios para quien entra al restaurante, como lo son las plantas de plástico, los cuadros baratos, los acabados de a peso, las cortinas horrendas, la caja a la entrada, el plato de confites iluminado por un bombillo de 50w expuesto, ni la ropa que le dieron a los pobres meseros.
Tampoco hablo del hecho de que no vendan cerveza nacional. Y esto digamos que sí da un toque de vergüencilla: Uno pide cerveza y el mae dice "Nacional le ofrezco únicamente Bavaria" (el dueño, claramente un ignorante de la cerveza, optó por la cara en lugar de la buena). Uno entonces pensaría "Ah, que bien, importan cerveza extranjera buena, seguramente tienen The Abyss, Black Twesday, o Trappist. PERO si uno pregunta "¿Qué otras cervezas tiene?" el pobre maecillo recita las birras que se encuentran en Hipermás y en Pricesmart! Los maes tratando de dárselas de "no aceptamos lo nacional porque las de afuera son mejores" y revendiendo birra de Hipermás :D

Sin embargo, lo más snob curiosamente no es el tratar de imitar la comida (mala), el lugar (polo) o la venta de cerveza (vergonzoso), sino: El uso de la publicidad engañosa.

Me explico:
Todos hemos visto las fantásticas promociones de Credomatic y de AVAL, de un 50% y de un 35% en lugares muy buenos. Genios del mercadeo se han engarcado de estas ideas y agencias regulares se han encargado de sus campañas.
Sin embargo llega este señor de Restaurante El Alamo en Moravia, y pone un rótulo gigante:
40% de descuento en lomito y fondue

Pese a haber tenido una experiencia mala en ese mismo Restaurante El Alamo en Moravia, decido darle una segunda oportunidad. Pensé "Tal vez el dueño se dio cuenta de que no servir Pilsen era una polada que no hablaba de su lugar tanto como habla de él".
Me siento, iba con dos personas más.
Ya sentados y ya habiendo ordenado de tomar (una Bavaria), vemos un letrero pequeño, en la mesa.
Esta es la estrategia de mercadeo de Restaurante El Alamo en Moravia:
Resulta que no es un 40% al ordenar lomito y fondue.
Sino que es únicamente si uno paga con VISA.
Pero resulta que no sólo es si uno paga con VISA, sino que tiene que ser del Banco de Costa Rica.
Pero resulta que no sólo es VISA del Banco de Costa Rica, sino que la oferta aplica únicamente de Lunes a Jueves.

Me excuso ante los presentes y voy a ver el rótulo, no recordaba haber visto ningún famoso "aplican restricciones". Por supuesto que no lo recordaba, era una letra tan pequeña que ni siquiera parado al frente se leía.
La intención de engaño era clara: después de imprimirse el rótulo, el dueño de Restaurante El Alamo en Moravia se dio cuenta de que no se leía bien, y decidió ponerlo de todas formas.

En cuanto a la comida, por si acaso usted desea ir pese a lo que comento:
Pedimos tres platos distintos, se equivocaron en los términos de dos, dos estaban fríos, la carne estaba seca, y no tenían el postre que quisimos.
Además, al pedir una segunda cerveza me responden "Disculpe señor, ya no nos queda Bavaria, pero le ofrecemos extranjeras"

domingo, 9 de mayo de 2010

Me cuadra que haiga presidenta

Odio la palabra "presidenta". Me suena la polada más grande, tan polo como cuando la gente usa "haigan" y casi tan polo como cuando hablan de "tú".
Me gustaría estar de acuerdo con quienes hablan de los participios activos como derivados verbales (curiosamente casi todos los blogs son Copy+Paste de un artículo español, donde el "autor" es lo único que cambia), y explican que el participio activo de cantar es cantante, el de estudiar es estudiante, y lo ridículo que sería hablar de "la cantanta", y "la estudianta". Ridículo incluso para Ionesco.
Me gustaría.

El problema es que no sólo la palabra "presidenta" está aceptada por la Real Academia Española (http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=presidenta), sino que presenta un problema mayor, por lo menos para mí y para mi orgullo.

Cuando la Academia acepta una palabra lo hace porque el español mismo es quien lo dicta, ya que el lenguaje no es de los eruditos sino del pueblo. El español es dinámico, y jamás podría estancarse, y la Academia -por más que la imaginemos como un grupo de profesores de castellano octagenarios- lo entiende y realiza cambios con una velocidad admirable para la cantidad de palabras, países, y personas que lo hablan.

Al saber que estaba aceptada la palabra presidenta, lo primero que sentí fue vergüenza, no sólo por los incultos que han hecho que se acepte "haigan" y "presidenta", sino por la Academia quien se deja convencer por un grupo de personas que ni siquiera terminaron el colegio.

Sin embargo, una vez que los químicos en mi cabeza bajaron como fresco de chan, pude recordar las múltiples veces que hablé de Dante como el gran liberador del lenguaje, y de cómo entregó a un pueblo desconocedor del latín "culto" una obra como la Divina Comedia, con todo lo que esta revolución implicó para la lengua y la historia. Irónicamente es un personaje defendido por aquellos que se burlan (inclúyome hasta hace unos meses) de aquellos que dicen "presidenta".

Mi posición es incómoda. Sigo detestando la palabrita esta, la detesto con toda mi alma, y sigo pensando que es el fruto del error generalizado y masivo de un grupo de personas que prefiere ver futbol a leer un libro. Los mismos que impulsaron la aceptación del "haigan".
Sin embargo no podemos ver la cultura (ni definirla) como lo que dicta una elite que entendió el Ulysses de Joyce, sino como el fruto de lo hecho (y hablado) por NOSOTROS todos.

"Me cuadra que haiga presidenta", ya que de lo contrario no estaría en esta náusea que se siente al aprender gracias a entender que uno está equivocado, y aceptar que el idioma es más dinámico y democrático de lo que a mí me gustaría.

jueves, 25 de marzo de 2010

Por arriba o por abajo

Hice una llamada a la fábrica de galletas Pozuelo y pedí hablar con la persona que se encarga del proceso de unión entre galletas y chocolate.
Me explicó la persona de planta que la galleta se sumerge en el chocolate y luego pasa a una banda no adherente, para terminar en un túnel de enfriamiento.
Tomando una definción tomista sin miedo a excluir demás tendencias filosóficas para este fin, podemos definir la esencia ("quiddidad") de algo como los rasgos que la distinguen y la separan de otras cosas, dada en este proceso por la unión entre galleta y chocolate. Sabiendo que en contexto el verbo tener se refiere a que aquello destinado en el complemento directo pertenece a lo designado en el sujeto, definiendo el arriba y el abajo con base en la atracción gravitacional de la tierra y no como una referencia arbitraria a nivel de dimensiones, y sabiendo ahora que la esencia del producto final entre galleta y chocolate claramente es delimitada al proceso que finaliza con la unión entre ambos...
Podemos afirmar con total certeza que las Chiky’s tienen el chocolate por abajo.

miércoles, 10 de marzo de 2010

A la tica!

Es sabido por todos que la muerte de un niño sólo es celebrada por La Extra, quien tiene material para su muy respetado periódico y obtiene así más colones con su venta.

Yo propongo que estemos todos a favor de la muerte de más niños.
Propongo que, como pueblo, nos unamos a los esfuerzos de nuestros diputados, y pongamos nuestra comodidad y pereza antes que el riesgo de matar a alguien.
Hace unos días me monté en un taxi y el chofer me dijo: Me hace el favor de ponerse el cinturón, no ve que ahora la cosa no es jugando... ahora sí hay que ponerse vivo con las leyes.

Gracias a Dios, y a nuestros diputados, volvimos a un estado donde las multas nos dejan respirar y seguir haciendo lo mismo.
¿Qué va a saber él, un taxista?
Somos ticos. Hagamos las cosas a la tica.
¿Cómo va a ser digno de nosotros dejar las multas altas?
¿Cómo va a ser digno de nosotros dejar de tomarnos ese traguito adicional? Somos ticos!
¿Que a veces mueren inocentes por hacerlo?... bueeeeno, sí. Pero no son tantos. Total no son MIS hijos, y no son los hijos de ningún diputado, son los hijos de otro. Son otras familias las que se quedan sin que su niño llegue a la graduación, o se case, o tenga una vida llena. Porta a mí! Zarpe, zaaaarpeee!
Señores diputados: Cuando escuchen "pusilánimes cobardes que ceden ante la presión" no lo vean así, véanlo como "portadores de la voz de un pueblo que quiere una hora más de diversión y risas".

No es momento de sacar agallas, no es momento de decir somos "Firmes", o querer "un cambio ya", o soñar con la "Costa Rica que queremos". Es el momento de recordar que somos ticos, y que las campañas de gobierno no son más que una hablada para llegar al poder. No se preocupen que como buenos ticos no haremos nada al respecto. Bien jugada la carta!

Yo digo que nos unamos, como pueblo, y hagamos las cosas a la tica. ¿Cómo es posible que un taxista diga que "ahora sí" hay que respetar la ley? Es Costa Rica! Le pasamos un tucán al oficial y se acaba el problema. Hagamos las cosas a la tica.
Los diputados dicen que las multas eran "desproporcionadas", y yo estoy de acuerdo. Eran tan desproporcionadas que dos taxistas y un mensajero me dijeron que ahora "no podían dar vueltas en U en amarilla y que tenían que ir a dar toda la vuelta", que "ahora tenían que ir con cuidado en los semáforos" y el peor, "ahora tenía que cuidarse con el guaro antes de agarrar el carro para ir de vuelta a la casa". Gracias a Dios que los diputados lograron bajar en más de un 50% esas multas, no fuera a convertirnos en un país que cumple las leyes.
Cuatro personas distintas diciendo que "ahora sí" hay que respetar las leyes. Pero si nuestros diputados dicen que son desproporcionadas es porque la ley no iba a funcionar con las nuevas multas.

Yo propongo: Sigamos nuestro camino de siempre, de pereza, de comodidad, de tomarse un guarito más antes de salir de noche, de considerar "desproporcionado" algo que podría salvar vidas. Hagámoslo a lo mediocre. Hagámoslo a la tica.

jueves, 7 de enero de 2010

Yo la tengo más grande...

No funciona ni sé cómo usarla,
pero yo la tengo más grande.

Una señora que había trabajado en mi casa como empleada doméstica un día llamó a mi esposa. Le dijo que no tenía qué comer. Algo más triste que tener hambre es tener hijos con hambre. Mi esposa de inmediato tomó el carro y fue a comprarle comida para un mes.

La entrada al barrio no fue tan impactante como ver las cloacas abiertas al aire, y saber que tanto el agua como la electricidad la cortaban durante casi todo el día. Hombres, jóvenes y no tan jóvenes, todos a las 3 de la tarde en sus casas, imagino yo que esperando el horario nocturno para salir a trabajar.

Lo terrible de esta historia no es que al entrar a la casita diminuta haya encontrado un Pantalla Plana de 46"; lo terrible es que un tico que lee esta historia sabe que era un final perfectamente posible, incluso esperable.


En diciembre me di una vuelta por la efervescencia kafkeana de Multiplaza del Este prenavideña (o como decimos ahora en Cousta Ricah: post Black Friday).
Yo le he hecho caso a Tícher Ana desde tercer grado, por lo que mis compritas navideñas fueron hechas mucho antes. Esa vara de "Pero si la semana pasada todavía había! ¿¿Ahora qué le regalo??" no me vuelve a pasar.
Quien es fan de Mafalda habrá visto que en Navidad los vendedores se conviernten todos en Manolito y los compradores todos en Felipe. Yo, por mi parte, iba como el imperturbable Miguelito, con mi hijo de una mano y un helado en la otra, con cara de comercial cliché.
De repente me descubro en una vitrina de Importadora Monge, atraído por 39 teles LCD's como Sirenas en ese mar donde los hombres navegan.
Desde hace meses quiero cambiar mi tele, que me ha acompañado casi desde Tiburón 2. He ahorrado, he investigado, y estoy decidido a comprar un muy-buen-tele.

- Buenas, quiero comprar un muy-buen-tele.
- Con gusto caballero, ¿alguna preferencia?
- Quiero la mejor calidad de imagen.
- Este es un excelente tele, 46" y de lo mejor que hay.
- Pero las letras se ven borrosas y la imagen toda pixelada.
- Bueno, tenemos otros más cómodos...

En 20 segundos supe que mi investigación iba a terminar en Cnet o en About.

Y es que en un mini diálogo se ilustra una parte del tico que me parece tan vergonzosa como aplaudir al final de un vuelo internacional. Porque lo que dijo el mae no habla sólo del vendedor sino en mayor parte del comprador.
Después de mucho preguntar, el maecito me contó que lo que estaba puesto EN LAS 36 PANTALLAS era un DVD pirateado. No un Blu-Ray (para que los clientes vieran lo que el tele podía ofrecer) sino un DVD.
Y no es que en Monge los maes sean tan tacaños como para no comprar un Blu-Ray y una buena película (esa plata se las dejó el primer genio que creyó que comprar a cuotas era buen negocio), sino que sencillamente no es necesario. No digo que el comprador tico sea conformista, ignorante de la calidad y malacostumprado por los clubes videomorgan de barrio; digo que si no lo fuéramos, nosotros mismos le hubiéramos exigido a Monge poner video con el que se viera qué es lo que cada tele puede dar.
El que se vendan teles sin necesidad de que la gente quiera ver cuál es el potencial real sólo nos dice que en Costa Rica la decisión nunca fue tomada con base en cuál tele era mejor, sólo cuál pantalla era más grande.
Una amiga compró un tele de HD y me explicó que se veía borroso porque en Costa Rica no era obligatorio por ley para los canales transmitir HD (ese fue el argumento del mae de la tienda)... siendo que lo que estábamos viendo era una película!
El tico que compró por tamaño nunca supo que las verdaderas HD no se iban a ver bien en ese tele, ni tampoco supo que ver todas las imágenes alargadas no era el sinónimo de ver en HD.
- Mae, ¿y Chope es así tan alargado?
- Mop, no sé, así se veía en todas las de la tienda. Es Jai Def (como dirían los de Calle 8).
- Mae, pero se ve raro, como alargado...
- Sias tan polo vos que ni sabés de esto, que ese hijueputa tele tuyo lo tenés desde Tiburón 4.

Volviendo al vendedor:
Le pregunto por qué se ve mal y me responde "Bueno, tenemos otros más cómodos..."
¿Cómodo?, ¿por qué no me dice la palabra correcta con la que los pobres se sienten ofendidos? "Barato". Me parece peligrosísimo que los ticos usemos esa palabrita. Es esa misma neuronilla la que impulsa al mae que NO quiere un combo agrandado NI postre, pedir ambos cuando el cajero de McDonald's se lo pregunta ante un montón de gente. Al final sale más gordo y más pobre por no querer aceptar públicamente su realidad de consumo limitado.

Y de nuevo con el vendedor...
A ver si lo tengo claro: Un cliente le dice que quiere un tele bueno, que le dejará una comisión mayor a un tele barato. La respuesta es "como no se ve bien la imagen, voy a ofrecerle uno más "cómodo".

Le dije "Vea, lo que quiero es COMPRAR un MUY BUEN tele, comprárselo a usted, dejarle la comisión; pero quiero saber qué es lo que estoy comprando. Si lo que estoy viendo es un DVD pirateado, no puedo hacer una comparación entre teles porque ninguno me está dando la calidad necesaria para hacerlo."
Adivinemos la respuesta:
a) Déme un segundo y ponemos una película original en los dos teles que elija.
b) Ya le pregunto al gerente qué podemos hacer.
c) Si así se ve una pirata imagínese cómo se verá una original.

¿Comprar como acto de fe? A Importadora Monge no le tengo tanta.

Reciba una notifiación cuando haya un nuevo post (puede desinscribirse en cualquier momento):






martes, 10 de noviembre de 2009

¿Es usted el "Tonto de La 5"?

Yo quedé impactado. Los maes lo dijeron sin siquiera verse a los ojos, como quien repite lo mismo todos los días hasta que deja de parecer algo inmoral.
Me imagino que es lo que le pasa al asesino, al ladrón y a algún estafador en bienes raíces. Se hace una vez, se hace dos, y después de 20 veces, ya hasta han razonado y se han autoconvencido de "por qué no es malo", con argumentos que hubieran incluso salvado a Sócrates de la cicuta.

Todo pasó en un bar al que no quiero referirme por su nombre, por lo que lo llamaré "El Observatorio", al frente del Magaly. Un lugar tuanis para su público meta, con las paredes con un perenne papel tapiz florentino (de Urbina, no de Urbano... desde los 90's).

He ido varias veces, sólo la primera por iniciativa propia. Un consejo producto de la experiencia: Pida la cuenta antes de incluso ordenar lo de tomar o de comer. De esta forma, si usted se queda dos horas en el lugar, se la traerán justo a tiempo para cuando tenga que salir. Hay quienes la han pedido desde el momento en que están estacionando, con excelentes resultados.

Estuve en el bar en un evento, tomando mi cerveza habitual y un buen burrito, con una excelente atención por parte del mesero.

Luego de unas horas, y medio organizado para designar chofer, pedí la cuenta.
Los primeros 15 minutos no importaron porque ya había estado en ese lugar. Uno va mentalizado, como a sacar cédula o al Banco Nacional. Pero estaba apurado, así que me levanté para ir a ayudarles.

El mesero me vio y, en ese momento, comenzó a abrir el programita con las mesas. "Justamente ya estaba con lo suyo".
Reviso mi cuenta y había algunos extras:

- Imperiales, que no tomo.
- Bocas como para 3.
- Cigarros, de una marca que no compraría incluso si fumara.
- Coca Colas, que hubiera pedido sólo de no haber
Pepsi.

Le dije que "esto y esto y esto no lo pedí".
- Señor, está en la cuenta.
- En la cuenta las cosas no entran cuando yo no las pido, entran cuando usted las digita en esta maquinita.
- Si está en la cuenta es porque alguien lo pidió.
Realmente estuve decidiendo si yo era una de las únicas tres opciones que en ese momento me ofrecía el mesero: mentiroso, imbécil o sufría de amnesia. Pero no aplicaba ninguna.
- No pedí nada de eso.
El mesero vuelve a ver al cajero:
- Lo que el señor quiere pagar es esto. Esas otras no las quiere pagar.
Me imagino que alguien habrá caído con el truquito de 4 pesos. También me imagino que el mismo mesero lo encontró ingeniosísimo, la primera vez que lo escuchó del inventor, quien sí tenía los recursos mentales.
- ¿Cuánto es lo mío?

En este momento llegó lo que a mí (absoluto desconocedor del mundo meserístico del San José de noche) literalmente "me abrió los ojos".
La dijo sin siquiera mirar al cajero, quien ni siquiera le vio de vuelta.
La frase la dijo sin ponerse rojo, y no lo dijo en voz baja como quien oculta algo de lo que cualquiera se avergonzaría.
Con la frialdad y profesionalismo sólo adquiridos por una práctica sistemática de el lado oscuro de su oficio dijo: "Y el resto se lo pasa a la 5".

No dijo "El resto (lo que alguien pidió pero no sabemos quién) me lo rebaja por no hacer bien mi trabajo".
No dijo "El resto (lo que corresponde a un error) lo pone como pérdida".
No dijo "El resto voy a preguntar en la Mesa 5 a ver si ellos lo pidieron".
Dijo "El resto se lo pasa a la 5".

Yo me pregunto: Si estaba tan seguro de que yo había pedido todo eso, ¿ahora estará igualmente seguro de que lo pidió la Mesa 5?
¿Será que usted o yo somos a veces los de la Mesa 5?
¿Será que antes de pedir yo la cuenta alguien había dicho que "no pidió esto ni esto" y yo era el resultado de "El resto se lo pasa a la 4"?

Una cosa es segura. El que el cajero ni siquiera le haya mirado de vuelta es únicamente el fruto de la práctica más allá de la maestría.
Si va al Observatorio, antes de sentarse pregunte por el número de mesa.

Reciba una notifiación cuando haya un nuevo post (puede salir en cualquier momento):






miércoles, 4 de noviembre de 2009

Citi Crap de Costa Rica

Se veía venir desde lejos. La incompetencia de Banco Uno pasó, como en una transfusión de sangre, todas las enfermedades a Citi.
Creo que no hay duda alguna de la ineptitud del banquito este; sin embargo hay dos momentos de gloria donde yo digo "Esto no pasa ni en Macondo".

Fútbol y Servicio al Cliente:
Jugaba Costa Rica un partido internacional; era entre semana por lo que los bares no estaban ni de rojo ni de fiesta. Pudo haber estado jugándose un partido de segunda división de Uganda, a juzgar por la cantidad de gente en los chantes.
Yo estaba en Antojitos, respetado recuerdo de los 80's con todavía buenos burritos, atendido por una pobre luminaria que sin importar cuánto rece su mamá, nunca será Nobel de nada.
El mae tiene en sus manos dos tarjetas de crédito, para dos clientes: una plateada, una dorada; una con nombre de hombre, otra con nombre de mujer... y no lo logra. Eso sí, debo reconocer que ambas tienen la misma forma y tamaño, tal vez soy muy drástico en mi juicio.
Deja en la mesa la tarjeta para firmar el voucher. Una gringuilla en la mesa del frente apresura su birra y se levanta como las mujeres: en un solo movimiento que incluye sonido de silla, recoger cartera y terminar una frase.
En lo que fui a firmar veo el nombre de mujer y recuerdo el camino del mesero: La gringa se llevó mi tarjeta.
De inmediato llamé a Citi. Mi plata en manos de una gringa de fiesta en Costa Rica, y llamando a Citi. El Chapulín Colorado hubiera sido de más ayuda.

Comenzaba el segundo tiempo de la mejenga:
- En este momento todos nuestros agentes están ocupados. Su llamada es muy importante para nosotros.

Me pegué al teléfono como sanguijuela en remedio medieval. Sólo me imaginaba a la gringuilla gritando en un bar, topless, "Round of Don Juliou para todooussss!!!". Y mientras tanto los dos gatos que a esa hora estaban a Servicio al Cliente de Citi pegados al tele viendo a la Sele.

Me pegué al teléfono. Mis únicas interrupciones eran las del personal de Antojitos. Su planteamiento dudosamente socrático era: Sabemos que le cobramos algo que no se comió, pero está cobrado a su tarjeta por lo que debe pagarlo. Estoy seguro que al gerente le pidieron en su entrevista 3er grado aprobado, sin embargo también era el planteamiento del mae.

De vuelta a Citi: 45 minutos después del inicio del segundo tiempo, luego la coincidencia de bola de cristal y totalmente fortuita, se cumple lo que nadie en la mesa había ya adivinado y dicho en voz alta: Pitan el final del partido, pasan 30 segundos y se oye, en medio de risas y júbilo un "Banco Uno buenas nochesss?"
Me contuve, el pobre mae está trabajando a esas horas para terminar la U. Sin embargo en algo que Citi es increíblemente eficiente es aniquilarle el yoga mafáldico a uno. Pese a mi entendimiento del salario de lástima que paga Citi, en una sola frase logró dejar en mayor evidencia el casi cómico entrenamiento de 30 minutos:
- Quiero bloquear una tarjeta que me acaban de robar.
- Con gusto, ¿me da el número?
- Plop!

De Guatemala a... Guatemala
Estamos claros en que el resto de Centroamericanos nos odia. No por nuestra falta de identidad, no por creernos provenientes de Europa, no por dejar impregnada nuestra bochornoza ignorancia al hablar de raza, historia, antropología o arte autóctono. Nos odian sencillamente por comemierda que somos.
Esto lo sabemos igual que los chilenos saben que a nivel latinoamericano el asunto es con ellos, y que el título se lo quitaron a los argentinos, y que únicamente son igualados cuando hay fútbol mexicano de por medio.

Anyway... (dijo el tico).
Ahora que es Citi y no Banco Uno, el call center lo pasaron a algún país de Mesoamérica.

Esta es la conversación REAL de hoy:
- Señorita, ayer hice unos pagos por Internet y hoy en el supermercado me dijeron que mi tarjeta había sido bloqueada. Llamé y me dijeron que la habían desbloqueado y que el cambio era inmediato. Pero horas después en una tienda fui a pagar hoy con unas millas y me dicen que no se puede porque sigue bloqueada.
- Entiendo, ¿desea desbloquear su tarjeta?
- No, la tarjeta ya está desbloqueada, pero las millas no puedo usarlas.
- Entiendo, ¿entonces no puede hacer compras con su tarjeta?
- Puedo hacer compras con la tarjeta, pero no con las millas.
- Sí señor, entiendo. Entones desea que yo le bloquee la tarjeta...
- NO! Quiero que me permita comprar con las millas.
- ¿Pero su tarjeta actualmente está bloqueda o desbloqueada?
-...

Para hacer el cuento corto, duré 10 minutos en que la señorita me dijera que todavía no había sido pedido el desbloqueo de los puntos, y que efectivamente el haber sacado unas horas para ir a comprar con las famosas millas, había sido un desperdicio de mi tiempo.

A todo esto, usted sabe que Credomatic tiene un plan de millas que le da casi el doble que las de Citi, ¿cierto?
Yo no lo sabía hasta hoy. Si usted tiene tarjeta de Citi, y usa millas, le sugiero que llame a Credomatic para que le cuenten, será una sorpresa positiva para usted ;)